La creatividad
A veces la educación atenta directamente
contra la creatividad. Destruye la innovación de ideas, reprime la imaginación,
siempre bajo el título de enseñar.
La realidad es que el modelo educativo
está muy estandarizado. Vivimos en un mundo que cada vez exige más personas
creativas, innovadoras, vivaces, pero también se hace cada vez más difícil
encontrar dichas características. Y eso tiene que ver con contar a nivel global
con un paradigma educativo mal proyectado, que simplifica a los estudiantes a
que sean máquinas de realizar exámenes, los estigmatiza cuando cometen errores,
deja de lado las conexiones entre el intelecto y los sentimientos, y confunde
claridad o pseudo-conocimiento con sabiduría.
Un escritor británico especializado en la
creatividad, Ken Robinson, precursor en el cambio del paradigma educativo, ha
dado numerosas conferencias y charlas donde explica de manera muy intuitiva
cómo es que ese sistema de educación nos está afectando, y cómo deberíamos
cambiarlo. Según Robinson explica, todos contamos con una gran capacidad
creativa innata, que luego es suprimida por el sistema, los niños están
dispuestos a arriesgarse, no tienen miedo a equivocarse, y lo interesante es
que si no estamos preparados para equivocarnos, nunca vamos a obtener buenas
ideas.
Cuando esos mismos niños llegan a adultos,
la mayoría perdió esa capacidad. Y el problema radica en que cuando el niño se
equivoca, contamos con un modelo educativo donde equivocarse es lo peor que
alguien puede hacer, y el resultado es que estamos educando a la gente por
fuera de su capacidad creativa. Las comunidades humanas necesitan de la
diversidad de talento, no de un único concepto de habilidad.Se enfatiza mucho
en “una sola respuesta” y eso no se condice ni con la realidad, ni con nuestras
necesidades sociales. Precisamos más de una solución al mismo problema, pero
cómo podemos obtener numerosas soluciones si desde un sistema global predicamos
que hay sólo una respuesta y que el resto de soluciones son erróneas.
Algunas de las características para fortalecer
la creatividad son: colaboración, un ambiente diverso, intercambio
multidisciplinario, contar con tiempo y recursos, y la aceptación y estímulo
hacia las respuestas incorrectas.
Hoy en día las clases constan de un
profesor, que da la clase, otorga información o conocimiento, los alumnos la
reciben, y han de aprenderla y luego tomar una prueba donde dejen constancia de
dicho conocimiento. ¿Cómo incentiva eso a la imaginación? ¿Dónde está el
intercambio de opiniones, de ideas, de soluciones? Actualmente matamos la
curiosidad, damos la respuesta a todo y no admitimos alternativas.
Todo ésto se relaciona directamente con el
gran nivel de disertación a nivel educativo que estamos sufriendo. La sociedad
está rechazando un sistema que los margina y reprime de sus propios
pensamientos. Y eso es positivo, pero la educación sigue siendo importante, y
la respuesta es un cambio radical en el paradigma educativo. Gente como
Robinson ya están aportando su granito de arena, cada uno debería reflexionar y
entender el concepto, para entre todos cambiar un modelo que ya nos está
afectando y que eventualmente, de no cambiarlo, sólo empeorará.
El profesor creativo
Se piensa raras veces en los profesores
como profesionales creadores. El auténtico aprendizaje, es creativo. ¿Por qué,
entonces, no considerar también como tal al profesor que lo dirige?. Por la
propia naturaleza de su profesión los profesores tienen que comportarse en la
forma característica de la persona creativa. Deben darse cuenta de lo que
sucede en la clase y ser sensibles a ello. A fin de ser eficaces, deben
percibir las necesidades de sus alumnos y conocer aquello por lo cual se
sienten motivados y capacitados para aprender.
Los profesores han de ser flexibles,
capaces de enfrentarse constructivamente con hechos imprevistos, con cambios de
última hora en programas y planes, y con nuevas situaciones que se originan en
las actividades de sus alumnos y desconciertan a la dirección. Deben ser
espontáneos, capaces de reaccionar rápidamente y con confianza ante los
acontecimientos.
Aprendizaje y enseñanza creativos
Definimos el «proceso de aprendizaje
creativo» como una forma de captar o ser sensible a los problemas,
deficiencias, lagunas del conocimiento, elementos pasados por alto, faltas de
armonía, etc.; de reunir una información válida; de definir las dificultades o
de identificar el elemento olvidado; de buscar soluciones; de hacer
suposiciones o formular hipótesis sobre las deficiencias; de examinar y
reexaminar estas hipótesis, modificándolas y volviéndolas a comprobar,
perfeccionándolas y finalmente comunicando sus resultados. Esta definición
describe un proceso humano natural en cuyas etapas están implicadas fuertes
motivaciones.
Hay momentos en los procesos educativos en
los que el alumno, por especial sensibilidad hacia algunos problemas, detecta
lagunas en la información, deficiencias o incongruencias que pueden crear en
ese momento el sentimiento de algo incompleto, de que la clase o el curso no va
bien, o que no es práctico. Es cuando se provocan las mayores tensiones. Cuando
así sucede, el alumno se encuentra incómodo porque reconoce una necesidad.
Cualquiera que sea el calificativo que empleemos, necesita descargar su
tensión. Si no sabe dar una contestación correcta a esta inquietud, o si sus formas
habituales de respuesta son inadecuadas, tratará de hallar las posibles
explicaciones, tanto en el archivo de su propia memoria como en otras fuentes:
libros o experiencias ajenas eludiendo al profesor.
El alumno adulto buscará soluciones
alternativas, tratando de evitar los tópicos y las respuestas obvias (también
erróneas o impracticables), investigando, diagnosticando, manipulando,
volviendo a ordenar, reconstruyendo y haciendo conjeturas y aproximaciones.
Hasta que estas conjeturas o hipótesis no quedan probadas, modificadas y
reexaminadas, el que aprende se siente incómodo. Sigue motivado para continuar
tratando de perfeccionar su respuesta hasta que le parezca satisfactoria, tanto
estética como lógicamente.
La tensión permanece mientras el alumno no
comunica sus resultados a los demás. A esto lo denominamos «proceso de
aprendizaje creativo», porque implica una producción de información o
desarrollo de habilidades nuevas y en cierta medida originales para el
individuo que aprende.
La potenciación didáctica de la
creatividad.
El proceso de aprender creativamente lleva
consigo motivaciones humanas tan fuertes y estimulantes como las siguientes:
- Implicación personal en algo significativo.
- Curiosidad y deseo de saber ante lo que
sorprende, lo inacabado, la confusión, la complejidad, la falta de
armonía, la desorganización y otras cosas por el estilo.
- Simplificación de la estructura o diagnóstico de
una dificultad por medio de una síntesis de la información conocida,
formando nuevas combinaciones o identificando fallos.
- Elaboración y divergencia, planteando nuevas
alternativas, nuevas posibilidades, etc.
- Posibilidad de juzgar, evaluar, contrastar y
comprobar.
- Desechar las soluciones condenadas al fracaso,
erróneas o no prometedoras.
- Elegir la solución más adecuada haciéndola
atractiva y estéticamente agradable.
- Comunicar los resultados a otros.
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